El pasado 19 de septiembre de 2025, Coto —un gastrobar ubicado en el corazón de la calle del Pedregal, en Getsemaní, pleno centro histórico de Cartagena de Indias, Colombia— reservó su noche para la presentación de la artista local Luisa Ochoa. El lugar, ya reconocido como un espacio ideal para la música en vivo, se convirtió en escenario de una velada inolvidable.
Desde la entrada, el ambiente estaba listo. Una fotografía para el recuerdo, el vaivén del público, y el eco del show eran capturados por los camarógrafos, asegurando que no se perdiera ni un instante de lo que estaba por venir. Un guarito por aquí, una delicia por allá, platos que prometían deleite y una vibra cálida que se sentía en el aire, mientras el DJ ambientaba con ritmo y los músicos ajustaban los últimos detalles de sus instrumentos.
Minutos después, el DJ apagó su consola y la voz de Luisa emergió entre el público, que no dejó de aplaudir. La escena se llenó de emoción ante esta artista que, poco a poco, gana seguidores gracias a un arte tan bello que aún está por desbordarse —en el mejor sentido de la palabra—.
Reversiones de canciones que hemos disfrutado, como Okongo Mane(Congo Mama) y Busco A Alguien Que Me Quiera del Afinaito, se entrelazaron con composiciones inéditas como A Veces y Déjame, esta última dedicada a su hija. Todo ello marcó una noche tan bella como exitosa. El momento culminante llegó cuando la familia Ochoa subió a la tarima para interpretar salsa, como un acto vivo de inspiración y riqueza musical.